De las tres ermitas conocidas en el término municipal, la más importante y popular de todas ellas es, sin duda, la Ermita de Santo Tomás.
Construida en 1665, y por consiguiente más de cien años antes que la Iglesia Parroquial de San Jaime Apóstol, se encuentra localizada junto al actual Cementerio Municipal, en una pequeña elevación que domina, desde su lado occidental, el casco antiguo de Orxeta, constituyendo el hito final del tradicional recorrido del Calvario (señalado en el plano con el número 8). Es en este recinto donde se custodia una imagen de Santo Tomás, trasladada anualmente en solemne procesión hasta la Iglesia Parroquial durante las fiestas patronales, la penúltima semana de septiembre.
Ha sufrido importantes remodelaciones a lo largo del tiempo que han desvirtuado un tanto su estructura original, pero las fotografías nos ofrecen la oportunidad de contemplar el aspecto que ofrecía, nada más comenzar el siglo XX.